diumenge, 18 de gener del 2015

Cap. 824: Un "recogepelotas", llamado Pep Guardiola

Se puede decir que Pep desde que llegó al equipo blaugrana ha hecho de todo: jugador en todas las categorias, entrenador del filial, entrenador del primer equipo e incluso "recogepelotas"
El Barcelona se hace servir del algunos de los jovenes que viven en La Masía, para que en los días de partido se ganen un "premio monetario" por hacer de recogepelotas. Incluso el propio Guardiola hizo esta función...

El 16 de abril de 1986, Pep asistiría una épica remontada de su equipo. Lo hacía desde la banda, pero no a pie de banquillo, no recorriendo la banda para precalentarse... sino como recogepelotas. El Barcelona estaba entrenado aquellos días por Terry Venables, que se presentaba en el Camp Nou con el difícil reto de levantar un 3-0 cosechado en el partido de ida. Venables ya lo había advertido antes de la eliminatoria. "Ni el Gotebörg es amateur ni me fío un pelo de ellos".
No le faltaba razón al entonces técnico blaugrana, que había asistido incrédulo al duro varapalo recibido en el modesto Ullevi sueco. Para el partido de vuelta, jugadores y afición se conjuraron para lograr la difícil remontada. La ausencia del escocés Archibald y el estado físico de Schuster, que se había mantenido entre algodones en los días previos al choque, acrecentaban las dudas sobre la posible gesta. Sin embargo, aquella circunstancia resultaría decisiva para el desenlace final.
Aquel día fue la noche de "Pichi" Alonso... sus tres goles igualaron la eliminatoria.
Y es en la tanda de penaltis, donde surgió la figura de Urruti (qepd). Tras el fallo desde los once metros del "Lobito" Carrasco, el meta blaugrana detuvo los dos siguientes y él mismo anotó el quinto lanzamiento, que daba paso a la muerte súbita.
El noruego Mordt acusó la presión y golpeó directamente fuera. El pase a la final estaba en las botas de Víctor Muñoz, que no falló en el momento crucial. La locura se apoderó de un Camp Nou que presenciaba la celebración a pie de campo de los jugadores. Entre ellos, un jovencísimo Pep Guardiola (15 años) que festejaba, como un aficionado más, la heroica remontada.